Hoy, camino donde mi amiga Arancha, los árboles otoñales, de hojas verde oliva, amarillo, naranja y marrón, difundiéndose en un cielo nuboso, envuelto en una enorme nube de millones de fumadores...
Misterioso, como de cuento, de película de miedo o de suspenso...
La verdad, muy real, paisaje real, plasmado en cuentos, en fotos, en películas.
En el carro música, esta vez Strauss, Voces de primavera, paradoxal, Voces de otoño hubiera sido más acorde...
pero al paisaje no parecía importarle.
Tiempos difíciles, necesidad de tranquilidad, de paz, de armonía.
De ver a otras personas y de no pensar en otras...
La compleja naturaleza humana no nos deja descansar, no nos da tranquilidad.
Y a pesar de que hay momentos, días, épocas de soledad, me encuentro bien conmigo misma y mi tranquilidad, no la cambio ya por nada.
En realidad sí, la cambiaría por una sola persona, por un niño muy dulce, que se convirtió en un joven muy especial que me dio su cariño, su ternura, su amor...
Solo que eso es imposible ahora, así que, comparto entonces mi vida con mi tranquila soledad.
MC@😊
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