EN OTRO MUNDO, SON DOS MUNDOS...
Esta mañana no me ha despertado el trinar de los pájaros ni el rumor de las palmeras con la brisa... ni el ladrido de perros...
Al mirar por la ventana, no he visto la luz, ni el sol que allí sale bastante pronto, ni los papayeros que cada mañana se posaban en el borde de los barrotes del balcón a trinar y de ahí a la mesita con la planta a picar las semillas. Los papayeros, los toches, el colibrí que no alcancé a ver, las guacharacas...un despertar tropical.
Esta mañana me desperté en completo silencio, al mirar hacia la ventana una luz muy tenue, filtrada a través de la persiana no me mostraba trinitarias ni palmeras...
Las palmeras, son hermosas, las hay de diferentes clases, una de mis favoritas, la palma real, orgullosamente erguida, fuerte, derecha. Las palmas de coco, tan tropicales, tan generosas ofreciendo un fruto que se puede aprovechar de muchas maneras.
Sin embargo tanto allí como aquí me he despertado con esa tristeza enorme, con esa sensación de gran vacío que me acompaña desde que mi hijo no está más y ahora mi hermano...
Así lo sentirá mami también... a veces la compañía ayuda algo, no te concentras en pensamientos y sensaciones sino que te distraes y tienes que pensar en otras cosas.
La sensación y el sentimiento siempre están ahí, pero se hace más duro con el frío y la oscuridad...
Cada vez que voy a mi casa de Colombia me cuesta mucho el regreso, el volver a adaptarme al frío, a la oscuridad.
Pasarán los días y lo volveré a hacer, pero cada vez pienso más que aquí no quiero pasar inviernos en mi vejez, necesito luz, necesito el sol, las palmeras, las trinitarias y el trinar de los pájaros al despertar.
Este es mi blog de música y pensé en una canción que cantan Garzón y Collazos, donde nombran la palma real. Ya la meteré en otra ocasión, cuando tenga fuerzas y ánimos para hacerlo.
Ahora mismo se van mis energías en este trabajo de readaptación y en todo lo que tengo que hacer para recomenzar con mi trabajo y esta vida en este otro mundo.